
Promoción de la salud de las personas mayores. Información para profesionales
La prevención de la fragilidad, la dependencia (preservar la autonomía) y la soledad no deseada, el fomento del buen trato y la no discriminación por la edad o el género son líneas básicas del Programa de Promoción de la Salud de las Personas Mayores. En la Comunidad de Madrid, desde la Consejería de Sanidad, se pretende impulsar el desarrollo de programas de envejecimiento activo y saludable, destinados a conseguir una mayor calidad de vida de las personas mayores.
En este espacio encontrará contenidos de utilidad de carácter técnico para la actuación profesional en el ámbito sanitario y sociosanitario.
Ver información para la ciudadanía sobre la salud de los mayores
Promoción de la salud de las personas mayores: hacia un envejecimiento activo
El incremento en la esperanza de vida es una realidad. En España, según datos de 2022, la esperanza de vida al nacer se sitúa en torno a 83 años y, en concreto, en la Comunidad de Madrid es de 87,7 años para mujeres y de 82,3 en el caso de los hombres.
Respecto a los años de vida saludables a los 65 años, en España es de 18,5 años y en la Comunidad de Madrid, de 20,3 para las mujeres y 17,9 para los hombres.
Estos datos ponen en relevancia la necesidad de trabajar para mantener el estado de salud de la población mayor para dar, no solo “más años a la vida”, sino “más vida a los años”, promoviendo un envejecimiento saludable, con un enfoque de género que diferencie lo que les pasa a los hombres y lo que les pasa a las mujeres, tanto en lo que se refiere a los datos epidemiológicos como en los problemas de salud.
La OMS recomienda diseñar políticas y programas que se desarrollen con la perspectiva del envejecimiento activo en el ámbito sanitario, educativo y de mercado de trabajo; lo que significará una mejora de la calidad de vida, el descenso de muertes prematuras y discapacidad ligada a enfermedades crónicas, además de una reducción del gasto sanitario y farmacéutico. También comporta una implicación personal de las personas mayores, aportando su experiencia y participando activamente en la vida social, económica y cultural del país.
- El envejecimiento saludable se define como “el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez”. Esta capacidad funcional viene determinada por la capacidad física, mental y psicosocial de la persona, y su relación con el entorno en el que vive tanto físico, como social y normativo.
- El envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, que tiene como fin mejorar la calidad de vida de las personas a medida que envejecen OMS).
Tanto el envejecimiento saludable como el activo, son abordados por diversas instituciones, mediante líneas de actuación que siguen los objetivos establecidos como prioritarios por la OMS/Europa, a través de estrategias y planes de acción para prevenir y controlar el desarrollo de enfermedades, fortalecer los sistemas sanitarios y sociosanitarios y mejorar los servicios y las buenas prácticas profesionales, orientados a la población de mayor edad.
Líneas de actuación en la Comunidad de Madrid
El Programa de Promoción de la Salud de las Personas Mayores de la Dirección General de Salud Pública de la Consejería de Sanidad pretende contribuir al envejecimiento saludable y mejorar la calidad de vida de las personas mayores de 65 años. Para ello, desarrolla una serie de actuaciones en el marco estratégico europeo y nacional, que tiene como principales objetivos:
- Prevención de la fragilidad y de la dependencia, y promoción de la autonomía personal
- Prevención de la soledad no deseada y promoción de la salud y la calidad de vida en las personas mayores.
- Promover el buen trato en las personas mayores y prevenir la violencia de género hacia la mujer mayor.
- Promover la salud de las personas cuidadoras.
- Fomentar la calidad asistencial y buenas prácticas en la atención a las personas mayores.
Para la consecución de los objetivos descritos, se colabora activamente tanto en las campañas anuales como en los programas de desarrollo de las corporaciones locales de promoción del envejecimiento saludable y la prevención de la fragilidad y soledad no deseada. Se diseñan y distribuyen materiales divulgativos de apoyo en coordinación con diversas Instituciones sanitarias y sociosanitarias de carácter público o privado.
Las líneas de trabajo se llevan a cabo considerando los dos principales ámbitos de atención a las personas mayores, el institucionalizado y el no institucionalizado, trabajando para garantizar la calidad en la atención a las personas mayores.
Detección de fragilidad en entornos comunitarios
La fragilidad se define como el deterioro progresivo de la funcionalidad del cuerpo humano debido a la edad y que nos hace más vulnerables a las enfermedades y a problemas de salud. La fragilidad está muy relacionada con eventos adversos como caídas, hospitalización, discapacidad y muerte, por lo que tiene un alto impacto para la calidad de vida individual y de utilización de recursos sanitarios y sociales. Sin embargo, se trata de un deterioro que es potencialmente reversible, especialmente en estadios tempranos. La detección y diagnóstico precoz de la fragilidad resulta fundamental, ya que se ha demostrado que es efectiva y se dispone de herramientas validadas para ello.
Según el Informe del Estado de Salud de la Población de la Comunidad de Madrid de 2023, se estima que la prevalencia de fragilidad, en la población de 65 a 79 años, es del 14%, aumentando esta con la edad y siendo superior en mujeres. Además, el 44,2% de la población mayor de 65 años tiene riesgo de convertirse en frágil en los próximos 2 años. Estos datos, unidos al envejecimiento de la población, ponen de relevancia la necesidad de prevenir e identificar grupos de alto riesgo, así como la de fomentar su mantenimiento funcional, limitando la aparición de discapacidad y dependencia mediante la actuación sobre los factores que se puedan modificar, para evitar la aparición de la fragilidad.
Detección de la fragilidad en recursos comunitarios
Existen diversos dispositivos a los que las personas mayores acuden con frecuencia, como son: residencias, centros de mayores, centros de atención comunitaria, centros de día, etc. En estos lugares puede realizarse captación y cribado de la fragilidad mediante herramientas sencillas que no precisan de entrenamiento y así poder poner en marcha abordajes para prevenir este problema.
¿Cómo detectar la fragilidad en los recursos comunidarios?
Cómo detectar la fragilidad en los recursos comunitarios. Infografía.
¿Qué opciones de derivación tienen los profesionales?
- Derivación al Centro de Salud que corresponda: el profesional debe asesorar para derivar y/o pedir cita previa para valoración médica y confirmación del diagnóstico. Acceder al buscador de centros de salud de la Comunidad de Madrid.
- Derivación al Centro Municipal de Salud Comunitaria (Madrid capital): El profesional debe contactar con el Centro Municipal de Salud Comunitaria del distrito o zona más cercana de la usuaria/o, con el profesional responsable. Consultar Centros Municipales de Salud comunitaria
Más información
Prevención de la soledad no deseada
¿Qué es la soledad no deseada?
La soledad no deseada es un sentimiento subjetivo de no tener cantidad y/o calidad deseada de relaciones sociales. Este sentimiento supone una fuente de sufrimiento y tiene consecuencias en el estado de salud. En España se estima, según datos de 2024, que una persona de cada cinco (20%) sufre soledad no deseada, siendo más frecuente en las mujeres (21,8%) que en los hombres (18%).
Definiciones:
- Soledad: “Estado subjetivo basado en la percepción emocional de una persona acerca del número y/o calidad de las relaciones sociales que mantiene, en relación a lo que desearía”.
- Aislamiento social: “Estado en que un individuo carece del sentido de pertenencia social, carece de compromiso con los demás y tiene un número mínimo de contactos sociales”.
- Vivir solo/a: “Situación buscada u obligada de vivir sin compañía de otras personas”.
El sentimiento de soledad no deseada puede aparecer en personas con riesgo socio-familiar por escasa red de apoyos, pero también por el estado de salud, como son las enfermedades crónicas graves incapacitantes (motoras, deterioro cognitivo, insuficiencia cardíaca, déficits sensoriales) o aquellas enfermedades que originan soledad “obligada”, derivada de un aislamiento prescrito (enfermedades infecciosas, tratamientos inmunosupresores…).
¿Qué impacto tiene la soledad no deseada sobre la salud de las personas mayores?
La soledad no deseada existe en cualquier edad, pero es en el proceso de envejecimiento donde cobra mayor importancia debido a la disminución de los recursos económicos y sociales, las limitaciones funcionales, pérdida de amistades y cambios en las estructuras familiares. Este fenómeno supone un riesgo para la salud física y psicológica de las personas, repercutiendo en su calidad de vida.
La soledad se asocia con los siguientes factores
factores de riesgo | FACTORES DE PROTECCIÓN |
---|---|
Vivir en soledad | Vivir acompañado |
Problemas de salud crónicos, problemas de memoria y de salud mental | Buen estado de salud |
Limitaciones funcionales y sensoriales | Bienestar emocional |
Baja percepción de su estado de salud | |
Insatisfacción con las relaciones sociales y cese de la actividad laboral | Relaciones satisfactorias |
Pérdidas y duelos | Nuevas amistades |
Brecha digital | Nuevos roles familiares y sociales |
Promoción del buen trato. Evitar el edadismo
El maltrato hacia las personas mayores es un problema de alta prevalencia. Según datos de 2017 proporcionados por un estudio de la OMS, una de cada 6 personas mayores de 60 años había sufrido alguna forma de maltrato.
Este maltrato ocurre en todas sus formas, no solo físico, también psicológico, sexual, económico o por negligencia en los cuidados. Las consecuencias para la salud pueden ser muy graves y su recuperación, muy prolongada en el tiempo. Estas consecuencias pueden ser: lesiones físicas, depresión, necesidad de institucionalización… Todo ello pone de manifiesto que, el maltrato a las personas mayores, conlleva una reducción en la esperanza y en la calidad de vida.
Los estereotipos acerca del envejecimiento hacen que la percepción social hacia las personas mayores se vea distorsionada y esto genera una discriminación por edad, fenómeno conocido como “edadismo”. El edadismo (o discriminación por motivos relacionados con la edad) es el conjunto de estereotipos y prejuicios que presuponen que todas las personas de una determinada edad piensan y se comportan de igual manera o tienen las mismas necesidades o intereses. En España, el 45% de la población ha referido ser discriminada por sus años de vida, según el Informe Mundial sobre el Edadismo de las Naciones Unidas (ONU), publicado en 2021.
El edadismo está presente en todas nuestras esferas: institucionales, sociales y personales. El edadismo hacia las personas mayores crea estereotipos de incompetencia, fragilidad, rechazo y condescendencia, dificultando su acceso a diferentes recursos.
¿Por qué debe considerarse el edadismo como un problema de salud pública?
Una de cada dos personas es edadista hacia las personas mayores en el mundo. Esto hace que la prevalencia del edadismo sea mayor incluso que el racismo. El edadismo es un problema de salud pública debido a:
- Su impacto poblacional e interés público.
- Su impacto en la salud.
- Que genera desigualdades en salud.
- Genera costes.
¿Cómo combatir el edadismo?
Debemos promocionar el “envejecimiento saludable”, que se define como el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez, sin caer en actitudes edadistas. La capacidad funcional se ve afectada con la edad, que debemos conocer y considerar, y que implica a una pérdida de la capacidad intrínseca y extrínseca de las personas.
- La pérdida de la capacidad intrínseca afecta al mantenimiento de los hábitos de vida saludables, la detección precoz de enfermedades y su manejo y, sobre todo, impacta sobre el sistema sanitario con un racionamiento de recursos sanitarios en base a la edad.
- Por otro lado, la pérdida de capacidad extrínseca genera una barrera para la participación de las personas mayores en los diferentes recursos y servicios.
Abordar el edadismo como un problema de salud pública y desde el ámbito comunitario es imprescindible para la promoción de un envejecimiento saludable.
Promoción de la salud de las personas cuidadoras
La dedicación cotidiana a los cuidados de las personas dependientes, con frecuencia produce sobrecarga en las personas cuidadoras, con repercusiones negativas sobre su salud y su calidad de vida. Según la encuesta INCARE, más de la mitad de las personas encuestadas dice haber prestado cuidados a una persona mayor, lo que afecta de forma negativa no solo a su salud, sino a su participación en el mercado laboral.
España es un país con alto porcentaje de cuidado familiar, ya que casi el 39,5% de los beneficiarios reciben una prestación económica para cuidados familiares, mientras que alrededor del 10,7% viven en centros residenciales y el 5,8% acuden a centros de día.
La mayor parte de estos cuidados los asumen las familias, sobre todo las mujeres, y en menor proporción, personas ajenas contratadas, las cuales también son mayoritariamente mujeres.
En lo que se refiere a los cuidados no institucionalizados, es frecuente que una única persona asuma la responsabilidad y el trabajo de la atención, convirtiéndose en cuidadora principal. La literatura científica pone de manifiesto que la mitad de las personas cuidadoras principales presentan síntomas psicológicos, somatizaciones o dificultades para dormir.
Es esencial que las personas cuidadoras no descuiden su salud en el desarrollo habitual de sus tareas. El sistema sanitario tiene la responsabilidad de intervenir para prevenir la aparición de los problemas de salud de este colectivo, identificando a las personas cuidadoras con riesgo de sobrecarga, facilitando el aprendizaje de conocimientos sobre el manejo de la enfermedad y el autocuidado, proporcionando técnicas de afrontamiento del estrés.
Promoción de la salud de las personas que cuidan. Cuidar cuidándonos
La Escuela Madrileña de Salud ofrece formación a través del “Campus de las Personas que cuidan”, plataforma de aprendizaje virtual que, desde 2019, lleva capacitando en habilidades y conocimientos a la persona que cuida, reforzando una actitud positiva y desarrollando el rol como persona que cuida a otra persona enferma, dependiente o con discapacidad.
Materiales de apoyo
El Programa de Promoción de Salud de las Personas Mayores elabora materiales de información, educación y comunicación. Estos materiales están disponibles para aquellas instituciones, públicas y privadas, de carácter profesional que organicen actividades y desarrollen programas específicos de atención a las personas mayores, en el ámbito de la Comunidad de Madrid.
Si desarrolla en el ámbito territorial de la Comunidad de Madrid programas o actividades de desarrollo de la promoción de salud de los mayores, dispone de los siguiente materiales de apoyo en formato físico.
CÓMO SOLICITAR EN FORMATO PAPEL
Para solicitar un pedido gratuito y que sea enviado a la sede de la entidad, se debe:
- Rellenar la hoja de solicitud (descargar modelo) de material con todos los datos (Datos de la entidad, horario de entrega, persona y teléfono de contacto, dirección y código postal y en observaciones, brevemente la actividad de promoción y prevención a desarrollar).
- La hoja de solicitud se tiene que enviar por e-mail a: SERVICIO DE PROMOCIÓN DE SALUD (Programa Promoción de la Salud de las Personas Mayores): isp.promoción@salud.madrid.org
OTROS MATERIALES DE CONSULTA PARA PROFESIONALES
Datos demográficos y epidemiológicos
Datos demográficos
Según datos del Padrón Continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2040 el porcentaje de personas mayores llegará a un 27,4% respecto al total de la población española.
En la Comunidad de Madrid en 2023, el número de habitantes es de 6.859.914:
- El 18,5% de los habitantes de Madrid es mayor de 65 años.
- La feminización de la vejez es una realidad. Para el año 2023 y el tramo de edad de 65 y más años, las mujeres superan en un 29,9% a los hombres.
- La prevalencia de fragilidad en la población de 65 a 79 años es del 14%, aumentando esta con la edad y siendo superior en mujeres. Esta situación supone un riesgo para la salud que puede ser prevenible.
- Del total de personas mayores de 65 años residente en España en 2023, un 15,3% de los hombres y un 30,2% de las mujeres viven solo/a.
- El envejecimiento es más acentuado en el mundo rural.
Datos epidemiológicos
Es conveniente conocer los factores de riesgo para poder orientar las acciones correctas encaminadas a la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, en este caso, desde el enfoque del envejecimiento saludable.
Para ello contamos con la siguiente información: