Cuando un paciente tiene un problema clínico, acude a la consulta del Hospital. El médico lo trata y consulta con otros médicos e investigadores si existe una cura para dicha enfermedad. En el caso de que no lo haya, se pone en marcha una línea de investigación que tiene como objetivo recabar todos los datos posibles sobre esta enfermedad y hallar una solución clínica que ayude a mejorar la salud del paciente.